El Servicio portuense de Playas aclara que las algas aparecidas en el litoral son los comunes arribazones

Los técnicos del Servicio Municipal no han identificado la presencia del alga invasora Rugulopteryx okamurae en ninguna de las playas de El Puerto de Santa Maria. Tras consultar con los técnicos del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA), subrayan que el centro tampoco ha observado, ni tiene constancia de la aparición de esta especie en la Bahía de Cádiz. No obstante el Servicio Municipal se mantiene atento y en contacto con los especialistas con los que resolver dudas e inquietudes al respecto.

Estos días se están dando grandes acumulaciones de algas, conocidas como arribazones. Se trata de fenómenos naturales que suelen favorecer el saneado de las poblaciones de macroalgas y plantas marinas y actúan como escudos o barreras naturales ante la erosión costera. Además, sirven como soporte para las dunas embrionarias y aportan materia orgánica y nutrientes a la flora autóctona, siendo soporte alimentario de muchos invertebrados que, a su vez, constituyen alimento de peces, insectos o aves marinas. Hasta este punto, el Servicio Municipal subraya que las algas forman parte de este ecosistema natural y cumplen una función en el mismo. El problema de la llegada de las algas está más relacionado con el fin turístico  y recreativo de las zonas costeras, que hace necesario su retirada, ya que suele ser motivo de queja de turistas y usuarios que desconocen la importancia ecológica y medioambiental de los arribazones de algas marinas.

El personal de la concesionaria de playas cumple con un protocolo ante la aparición de cúmulos de algas en el litoral. A diario se supervisan todas las playas del municipio y se da aviso al técnico responsable en el caso de aparición de arribazones. En este momento se establece una primera fase de observación para comprobar cuál es la evolución del mismo. 

Mientras que las algas se mantengan dentro de lo que es la dinámica del litoral, extendidas y se desplacen de una zona a otra de la costa en función del oleaje y las mareas, los operarios dejan que siga su evolución natural. Aquellos acúmulos de algas marinas que son de una magnitud considerable y quedan fuera de la influencia de las mareas (en arena seca) y que comienzan a  descomponerse y a presentar mal aspecto u olor son retiradas, una vez se obtiene la confirmación de la inspección municipal. Esta retirada se realiza generalmente en horario nocturno, combinando medios manuales y mecánicos, intentando producir el menor impacto posible, tanto en el medio como molestias a usuarios. Una vez retiradas, son depositadas en cubas y se transportan al Parque Guadalete para enriquecer el compostaje orgánico de los restos de podas, talas y trabajos forestales.

Siguiendo esta misma línea, el Programa de Bandera Azul establece como Criterio Imperativo en el apartado de Defensa Natural y Regeneración de Espacios Litorales, que «las algas y restos vegetales no deben recogerse de las playas» , aludiendo a la necesidad de mantener la biodiversidad litoral, considerando la zona costera como un medio natural vivo y no solo como un «activo» de la oferta recreativa local. En este sentido establece que la retirada de las algas debe hacerse de manera sensible, sólo en aquellos casos en los que sea totalmente necesario.